viernes, 20 de junio de 2008

Branchements

Branchements (Conexiones) Anthropologie de l’universalité des cultures (Antropología de la universalidad de las culturas)
Jean-Loup Amselle Champú Flammarion 2001. 265 pp.

¿Por qué es importante?¿Cómo se conecta con latinoamérica el tema de la etnicidad?¿ Africa qué tan cerca está del Perú en términos de discusión sobre la antropología?¿Por qué es pertinente hablar de eso? ¿Qué relevancia tiene para la antropología francesa? Es importante estudiar a Jean Loup Amselle porque aborda la etnicidad desde el contexto francés precisamente antes del momento de la discusión política sobre las reformas institucionales y las propuestas de la campaña de Sarkozy para el tratamiento de la población de origen migrante en el país. También porque cuando se propuso el censo para ver qué porcentaje de la población era de color en Francia y los intelectuales se pronunciaban para que las mediciones no sean politizadas de acuerdo a los intereses de cada candidato en proyectarse a esta población electoral, él también alzó su voz de protesta, aún cuando expresa abiertamente su oposición a los censos y las mediciones. Pero también es importante estudiar a Amselle porque ahora tiene su atención en el área andina. Actualmente cuando en Latinoamérica y los países andinos se discute la vigencia de los movimientos étnicos y de la diferencia cultural, se sostiene que nuestras raíces étnicas no son tan profundamente estructuradas en términos de diferencia como lo han sido en Europa, aunque sin embargo existen elementos de diferenciación étnico-cultural en el devenir histórico de nuestras naciones que cuestionan el funcionamiento del Estado-nación, y que cada vez son más visibles, por ejemplo de los pueblos autodenominados indígenas amazónicos y altoandinos en el Perú, los mapuches en Chile, los grupos indígenas en Colombia, entre otros. Amselle nos muestra aquello que caracteriza las raíces de lo que poco conocemos y que en general se conoce a partir de la mirada a los africanismos. Además su reflexión establece las “conexiones” y “desconexiones” de las culturas otras y de las anteriores globalizaciones que nos presenta el antropólogo a partir del caso africano. Amselle es representativo porque interpela a la antropología clásica hablando de los conflictos actuales, en vez de profundizar en la exotización y la permanencia de la cultura, pone atención en los cambios a partir de sus códigos culturales. Esto que ha sido recientemente el desborde de las identidades en África nos toca de cerca cuando hablamos de conflictos e incluso cuando se discute si los conflictos políticos que viven estas naciones son el resultado de etnicizar los discursos acerca de los problemas sociales, un tema que por los antecedentes de conflictos como el de la Guerra de los Balcanes y la ex Yugoslavia, Ruanda, o la guerra por el petróleo en medio oriente despierta alarma entre los europeos en general y los franceses en particular. Al respecto es necesario anotar que aunque es posible manipular aquello que posee una matriz étnico-cultural desde un comienzo, cuando estos aspectos evidencian un protagonismo no se puede distinguir sólo a partir de una problemática social, quizás como se sostiene la étnica puede ser parte de las muchas variables que se entretejen en la política de nuestros países, pero creemos que reinventadas o no, existen en las representaciones, los discursos y las prácticas. Por ello una profunda diferenciación cultural agudiza, transforma o reconfigura dichos conflictos, de manera que no se puede desligar lo uno de lo otro, pero ¿hasta qué punto la identidad puede ser objeto de manipulación política y por tanto debe ser matizada en el ejercicio de los derechos ciudadanos para no ocasionar la separación? Aunque Amselle también plantea la visión antropológica clásica junto al historiador Elikia M Bokolo en Au coeur de la ethnie (En el corazón de la etnia) Etnias, tribalismo y estado en Africa, presenta también una imagen contemporánea de las continuidades y rupturas de la tradición y sus representaciones en Branchements, a continuación haremos un resumen-comentario para entender cómo se construye la relación entre africanismos y sus raíces en el mundo actual.

Jean Loup Amselle antropólogo francés especializado en estudios sobre el Africa, con más de 15 años de investigación de campo, analiza las conexiones culturales que antes no han sido vistas por los estudiosos africanistas, critica a la antropología y a la forma en que creó su objeto de estudio en las “culturas aisladas”. Sostiene que ellas jamás existieron, de manera que reconstruye los vínculos de los grupos africanos con las bases de su pensamiento religioso y filosófico entre ellos el musulmán y devela cómo a partir de hechos específicos se ha imaginado la relación con el occidente. Resalta aspectos de la historia del Africa, evoca su origen mandinga, y los relatos a partir de la construcción de la Torre de Babel, Los viajes de Herodoto, Egipto y el Cairo, los movimientos africanistas y la representación de la negritud. También nos da a conocer a los padres del pensamiento y la filosofía africanistas como Soleymane Kanté, el fundador del movimiento n’ko o Blyden en la segunda generación de nacionalistas africanos. El texto se compone de siete capítulos, el primero I. La globalisation et l’avenir de la différence culturel, resalta que la globalización contemporánea está lejos de ser nueva, sino que en realidad continúa dispositivos de globalizaciones anteriores, e invita a una mirada comparativa con otras áreas culturales (p.8). Las globalizaciones antiguas recorren tanto en las mismas redes de inscripción de gran amplitud de la globalización actual y las diferentes identidades no son más que las derivaciones o conexiones de ellas a partir de significantes planetarios (pág.49).

El capítulo II. Babel et las confusion des cultures; se inicia con la pregunta si existe un único Dios entre los habitantes de la Costa de Guinea, los Bambara o los Dogon? Trata de responder a esta pregunta señalando las creencias fetichistas en la concepción de un dios único (pág. 50). También sostiene la aparición del Islam en el sur de Africa en el siglo X, exponiendo que la presencia de diferentes mitos de origen dogon y bambara, así como el culto a Ifa entre los Yoruba y los Fon muestra que los miembros de estas sociedades han integrado la visión árabe-musulmana del mundo en su universo y que ellos han al mismo tiempo de definirse en relación y en el marco de esta (pág. 54) Luego a partir la confusión de las lenguas en Babel y de la descendencia del espíritu santo en Pentecostés define el marco judeo-cristiano para abordar los grupos de origen de esta confusión de las culturas que son también el origen de la cultura en Africa. Ya que a partir de ello se inventan los alfabetos y se traduce la biblia al greco, al eslavo, al mismo tiempo que Lutero traduce la biblia en alemán y se posa el fundamento de la nación alemana (pág.61). Así también nace la ideología de la etnicidad como el mesianismo lingüístico o el profetismo escriptural que no sería más que el producto de la reacción a una situación de opresión ejercida en el dominio económico político de Francia en Europa en el siglo XVIII como el poderío colonial de los europeos en Africa (pág. 62). Según el investigador es en el dominio de los soportes semánticos que aparecen los fenómenos de las globalizaciones antiguas así como sus prolongaciones actuales, así sitúa la cuestión de la escritura importante en las sociedades africanas como en aquellas que se revelan como ámbito de la antropología (pág.63). Es así que gradualmente aparecen las formas contemporáneas de la globalización religiosa y lingüística en el Africa. Desde una perspectiva afrocentrista que es defendida por africanos, africanos-americanos, o los occidentales, todo sistema de signos constituyen una escritura y representa a este título el equivalente de los alfabetos latino, árabe o cirílico (pág.63). En III. Servitude et grandeur de l’afrocentrisme, el investigador sostiene que la figura de la esclavitud es a la vez producto de la relación con los europeos y los árabes, que ha brindado la matriz del afrocentrismo, doctrina que se emplea en reinscribir la civilización egipcia y con ello la occidental en el molde de la civilización africana (pág. 81).

En IV. Bamako, Le Caire, carnets de terrain, el investigador nos habla de su experiencia en el conocimiento del movimiento N’ko, su viaje, su acercamiento, su profetismo escritural como él lo denomina, hacen del viaje a los conocimientos la delicia del lector en el recuento de sus encuentros con los representantes y líderes del movimiento. También llama la atención las lecciones de informática indígena donde el investigador conoce el software del N’ko realizado por los africanos a partir del que percibe una etnicización de la informática V. La lettre volée, nos habla del mito de fundación del N’ko, de una teoria ambigua del mestizaje, de la vida y obra de Souleymane Kanté y del movimiento N’ko y los miembros de sus asociaciones, como la Asociación de doctores del N’ko que poseen el conocido recetario con la aplicación de los conocimientos tradicionales sobre plantas para cada enfermedad, la Asociación Kurukan Fuga quienes ya sea a través de la alfabetización o de la transmisión de los conocimientos de la medicina o impulsando su propia visión de la descentralización y la instalación de las comunas rurales por parte de la élite dirigente de Mali mantienen su vigencia. En VI. Miroirs de la philosophie africaine, el investigador nos habla acerca de lo que él denomina La etno-filosofía europea y sus avatares árabes y africanos, así como de las figuras del pensamiento musulman del oeste africano; también se adentra en las filosofías para relatarnos sobre la filosofía silenciosa de Soleymane Kanté a partir de la superioridad y anterioridad del origen de la civilización afro-mandinga, luego juegan un rol los primeros ocupantes los Krogba, los pigmeos y los Wankara, considerados como ancestros de los mandinga. En estos acápites destaca la Asamblea de Kurugan Fuga como modelo de contrato social. Finalmente en VII. La guerre des cultures et les paradigma du génocide, En estos últimos capítulos Amselle fundamenta las continuidades de la tradición que se entretejen en la vida cotidiana y en el devenir de la modernización de la sociedad africana, de manera que devela las tradiciones políticas, así como las complejas articulaciones culturales de la identidad con los fenómenos de predominio y genocidio, entendido como la destrucción histórica de un grupo étnico, que tiene como antecedentes en el siglo a Auschwitz, otros ejemplos de ello serán el genocidio Camboyano y los genocidios africanos contemporáneos. Concluye diciendo que “la afirmación de una autenticidad negro-africana y por tanto la reivindicación de un fundamentalismo y de un irredentismo mandinga son evidentemente pesados para llevar en los paises africanos como la Guinea que son atravesados por profundos clavajes étnicos y evolucionan de acuerdo a la vecindad de países como Liberia o la Sierra Leona que son escenarios de horribles masacres” (p.233). Con esta última idea no hacen falta más palabras para describir lo que luego se convirtió en la crisis social que concitó la atención internacional.