martes, 26 de agosto de 2008

¿La búsqueda del desarrollo económico con ciudadanía o de la fórmula secreta del desarrollo productivo?

*foto de Dante Villafuerte

Hace unos días conversaba con Antonio Villalobos, antropólogo y promotor de la Mesa de Concertación en Colquemarca (Provincia de Chumbivilcas en el Cusco), acerca de cuáles son las tendencias que siguen las actuales iniciativas de desarrollo en las regiones del sur. Conversamos particularmente sobre la experiencia en la microcuenca de Jabón Mayo en la provincia de Canas en Cusco, que ha sido encabezada por Carlos Paredes del Instituto de Alternativa Agraria IIA que trabaja alrededor de 14 años con la Federación de Campesinos del Cusco y que promueve la incorporación de tecnologías apropiadas para la producción agrícola de cultivos andinos como la quinua, las habas, el trigo, las papas, que combina con producción pecuaria y también piscícola con tecnología a bajo costo, como el riego por aspersión que a un costo de S/.600 por familia sirve para generar mejores condiciones de vida, además promueve la formación de líderes locales, los yachachik. El proyecto comenzó con 25 familias y hoy llegan casi a 1,700 en cinco departamentos, la propuesta consiste en que los miembros de las comunidades beneficiadas se apropien de un paquete de 18 tecnologías a S/.7,000 al que van entrando de manera gradual, el primer módulo de 10 tecnologías cuesta S/.1,100. Por sus posibilidades fue planteada al gobierno para ser aplicada a escala nacional, sin embargo debido al bajo costo de inversión no puede pasar la valla del SNIP, pero logró la atención del propio ministro de agricultura por lo que también ha sido primicia en varios medios de comunicación escrita como el diario El Comercio[1].

La iniciativa que está liderando Carlos Paredes en la microcuenca de Jabón Mayo tiene sus antecedentes en la idea de desarrollo productivo a partir de la apropiación tecnológica adecuada que fue planteada después de la segunda guerra mundial y luego de la revolución verde, con las propuestas para promover el desarrollo agrícola en los países pobres. La idea original es de Fritz Schumacher, una frase “small is beautifull” o lo pequeño es hermoso sintentiza su pensamiento, como sostengo … la necesidad de desarrollar las tecnologías en las economías agrícolas llevó a Schumacher a preguntarse si la humanidad seguiría devastando la naturaleza para la satisfacción material o si seríamos capaces de utilizar la ciencia y la tecnología para el servicio de las más altas aspiraciones humanas. En Lo Pequeño es Hermoso (1978) postuló que el desarrollo económico en áreas azotadas por la pobreza puede ser fructífero sólo sobre la base de lo que denominó «tecnología intermedia», que le llevaría a fundar la red de trabajo de Intermediate Tecnology Development Group (ITDG). Según su propia visión, que continúa vigente, los países considerados en desarrollo tienen la oportunidad de abaratar los costos de inversión que demandaría la innovación tecnológica moderna optando por la adopción gradual de tecnologías, aplicadas en producción a mediana y pequeña escala[2]. En el Perú la propuesta ha sido promovida desde entonces y con el apoyo de la cooperación internacional.

Estas iniciativas de reapropiación tecnológica-productiva son importantes porque como el mismo Paredes sostiene promueven la pequeña producción, tan venida a menos en el imaginario presidencial que se refiere al campesino pequeño productor campesino o indígena como “perro del hortelano”. El modelo que promueve el actual gobierno de eliminar a aquellos que representan al perro del hortelano, los pequeños productores, miembros de comunidades campesinas y caseríos en la selva, campesinos e indígenas que poseen un número reducido de hectáreas y que por sus características no cuentan con capital para invertir en producción en la escala que si lo pueden hacer las grandes empresas, casi sugiere una renuncia al derecho a la pequeña propiedad y pretende debilitar la organización comunal o pueblo indígena, en perjuicio de las estrategias de sobrevivencia que como resultado de mucho batallar y de complejos procesos locales han sido diseñadas en el tiempo y en el espacio para el manejo de recursos específicos, como las pasturas en los andes del altiplano o los bosques en la amazonía. Pero aún más creemos que propuestas por el estilo son relevantes en un momento en que la tendencia del discurso oficial en la esfera pública, es a sostener que el único modelo de desarrollo que se considera viable es el que promueven las industrias extractivas y las transnacionales. También porque a diferencia del modelo de desarrollo que las últimas plantean, privilegia la producción agrícola, pecuaria y piscícola de la mano con procesos de inserción de los pequeños productores al mercado. Sin embargo un aspecto que no se vislumbra, según me lo hace también notar Toño es el problema de la participación, la toma de decisiones y el aporte del proyecto al ejercicio de ciudadanía. El Perú desde hace unos años presenta niveles de crecimiento económico por encima de los países vecinos en contraposición a una institucionalidad frágil a nivel local, regional y nacional, sin la necesaria presencia de organizaciones civiles que demanden programas y servicios de mejor calidad. Una posible respuesta es que debería ser posible que el proyecto se inserte en los procesos de participación política local y se articule con las iniciativas de las organizaciones sociales locales para la discusión y búsqueda de un modelo de desarrollo local adecuado a las realidades del sur andino. De esta manera evitar la fórmula trillada de aprender a pedir al proyecto, lo que el proyecto viene a dar, que no sea como un pan que se entrega sin saber si la mayoría lo quiere o lo necesita y que los mismos productores como miembros de sus comunidades por si solos tengan la capacidad de dar el siguiente paso. Las experiencias en el altiplano que analizo en el texto mencionado nos muestran que siempre hubo dificultades para la participación ciudadana en las propuestas de los proyectos y por ello para su transferencia y apropiación. También se presentan problemas en la forma en que se involucra a los gobiernos locales con procesos de descentralización en curso. Por ello, es importante que se atienda a este contexto de organización y participación local, para lograr además del fortalecimiento de la institucionalidad, la sostenibilidad de las capacidades que se adquieren con las nuevas tecnologías y para que el proceso se considere como parte de las transformaciones de una realidad local que todos deben tener la capacidad para mejorar ¿Ustedes qué opinan?.

[1] http://www.elcomercio.com.pe/edicionimpresa/Html/2008-04-26/la-sierra-engancha-al-mercado.html
[2] Yeckting Vilela, Fabiola 2008 Visiones del Desarrollo. Impactos de tres proyectos de desarrollo agropecuario en las comunidades surandinas del Perú durante el período de violencia interna 1980-1995. Lima: Embajada de Francia en el Perú, IFEA, CBC, SER. p.34.