martes, 22 de julio de 2008

Antropología en las entrañas de la tierra, entrevista a Carmen Salazar-Soler


Carmen Salazar-Soler es antropóloga, historiadora e investigadora del CNRS y del EHESS de Francia, conversamos con ella sobre la antropología, los autores y las experiencias que motivaron sus investigaciones y su libro Anthropologie des mineurs des Andes. Dans les entrailles de la terre, (Paris: L’Harmattan, 2002). Una investigación etnográfica, histórica y vivencial sobre el entorno social y cultural de la mina en Huancavelica. A continuación les presento un resumen de la primera parte de la extensa entrevista realizada en abril de este año.
*Fotografía de Carmen Salazar-Soler y Gerald Taylor


F: ¿Carmen qué significó para ti hacer este trabajo investigación “Dans les entrailles de la terre”?

Carmen S-S: .. Lo que yo estaba tratando de hacer era una antropología de los mineros, la investigación es de los años 80, hasta este momento se habían escrito varias cosas sobre mineros, pero desde la sociología sobre todo o desde la historia. Desde la sociología se había trabajado sobre conflictos y con muy pocas excepciones la gente pensaba que hablaba sobre los mineros como la vanguardia del proletariado, pero nadie se preguntaba de dónde había salido esta gente, entonces lo que a mi me interesaba trabajar es cómo te ibas transformando en minero, el proceso de transformación de un minero. Dos cosas habían influido, que quizás no están en mi primer libro sino en el segundo dedicado a esta experiencia, uno la lectura de José de Acosta que hace una de las primeras descripciones del trabajo en la mina, de cuando él llega al campo y de un descenso a la mina. La segunda cosa que yo había leído es este gran clásico de historia sobre la clase obrera inglesa que es el libro E. P. Thompson que se llama The Making of the English Working Class un libro fundamental, yo quedé maravillada y en ese entusiasmo de juventud pensaba este es el tipo de historia que yo quiero hacer, ese tipo de historia de los mineros, donde la vida cotidiana está muy presente. Thompson piensa que no se puede reconstruir la historia de la clase obrera sino se reconstruye la vida cotidiana. A partir de eso y también había leído Emile Zolá sobre Germinal que me había encantado también.

Cuando llegué a ver la mina fue una sensación distinta, algo que nunca se hablaba porque se pensaba que era algo muy personal son las emociones y las sensibilidades que uno tiene sobre el trabajo de campo, pero forma parte también de una relación no solamente con la gente sino también con las cosas que tu encuentras en el campo. Entonces yo me acuerdo mucho que llegué al campamento un día que estaba totalmente cubierto por nieve, estoy hablando de Huancavelica a 4,250 metros y me pareció un paisaje maravilloso, sólo que dos días después la nieve se derritió y vi lo que era un campamento minero de altura con cerros pelados con lo que significa todo esto, con el relave al lado, entonces era un paisaje realmente muy fuerte emocionalmente para mi, pero fui acostumbrándome a la vida en el campamento minero, a su ritmo también y a entrevistar todos los días a los trabajadores. Luego de todo eso entendí que no era posible para mí reconstruir la experiencia de un minero si yo no veía lo que sentían cuando bajaban al interior de la mina. Por eso es que he titulado también en las entrañas de la tierra a este libro, en ese momento pedí permiso al sindicato para poder entrar y creo que para mi fue una experiencia que me marcó para toda la vida y desde allí comprendí lo que significa ser minero. Una cosa es que tu recojas el trabajo de un minero que te dice qué es trabajar con perforadora, qué significa el polvo, qué significan la falta de luz, todas esas cosas porque no es lo mismo que todas esas cosas las experimentes tú y que las vivas y sientas esa sensación de reparo al interior de la mina, que sientas calor y después frío y que sientas los olores y todas esas sensaciones.

F.: ¿Cómo fueron esas sensaciones al interior de la mina, los olores, la oscuridad... ?

C S-S: Como lo digo en el libro, es un poco como un niño que aprende a caminar, tú no sabes cómo hacerlo y además tienes miedo, temor de sentir todo ese olor a mineral, a ácido que es una de las cosas que más recuerdo, y esa mezcla con el polvo, es increíble, entonces creo que eso me ayudó muchísimo a entender qué cosa es y entendí después de muchos años cuando estaba escribiendo, todo lo que significó también para la gente que yo entrevistaba, para los mineros mismos, es decir, yo creo que si yo no hubiera bajado, ellos no hubieran sentido digamos una especie de respeto hacia mi, que es el respeto de haber compartido esta vida subterránea y creo que eso para mi fue lo más importante.

F.: ¿Te encontraste con ellos dentro después de sentir este temor ante la oscuridad, viste estas caras conocidas y qué sentiste?

C S-S: Sí, yo creo que eso fue algo muy importante, realmente era algo así como entrar en comunión de alguna manera y saber qué cosa era, no sé cuando los miré dije por fin he entendido lo que hace meses que me están diciendo, entonces eso es fundamental. Me parece que esa experiencia de campo fue fundamental.

F: ¿Tú te encontraste con la cultura cuándo te relacionaste con ellos, con sus costumbres, con su creencias en el muqui o tú partiste de una premisa antropológica y buscaste la respuesta con ellos?

C S-S.: Mira fueron los dos, yo creo que fue una dinámica muy compleja también, por una parte como yo decía que las lecturas sobre todo de Thompson, yo buscaba no tanto un mundo cultural, si buscaba un mundo de vida cotidiana que me parecía fundamental reconstruir el trabajo, la manera no solamente que me digan bueno está dividido así, el trabajo aquí y todos los problemas, sino también a nivel de sensaciones, de cosas que para ellos habían cambiado con respecto a una vida anterior y poco a poco eso me fue llevando también hacia algo que era fundamental y lo es para todo objeto de estudio antropológico, la parte cultural, es decir, como que fui empujada casi por la misma contemplación en el campo porque en la vida cotidiana ellos me hablaban de una vida pasada con mucha nostalgia, comparándola con una vida actual y me hablaban de las costumbres de su vida anterior, de prácticas de rituales, de mitos, de leyendas, pero también de vida cotidiana, de qué significaba trabajar en el campo y comparaban constantemente, entonces yo me empecé a hacer una serie de preguntas y a decirme bueno si tienen todo este bagaje, qué pasó cuando llegaron a la mina con ese bagaje, es decir, desapareció, siguen creyendo en las mismas cosas, cuáles son sus condiciones de trabajo, pero también siguen creyendo, siguen practicando sus mismos rituales en la mina, qué es lo que pasa con el mundo minero.

Yo tenía algunas nociones también de un libro que su lectura para mi fue fundamental el libro de June Nash, creo que constituye un hito dentro de la antropología minera, como ella hablaba de todos estos rituales también en las minas bolivianas y su libro me parecía una combinación perfecta porque su libro no es un libro de antropología cultural, es un libro de antropología social, donde hay una parte política, también de una antropología sociopolítica y es lo que a mi me interesaba hacer, me interesaba reconstruir cómo se hace un minero, no solamente la parte cultural, entonces empecé a preguntar qué pasó, practican las mismas cosas y qué cosas hacen en la mina. Por otro lado, fue la misma dinámica del trabajo de campo que me hizo llegar a la parte cultural, pero también a la religiosa fue por casualidad porque durante dos o meses o tres meses nadie me habló por ejemplo del muqui y eso me parece importante verlo retrospectivamente, pero nadie me habló, todo el mundo me habló de muchas cosas hasta que un momento por un azahar, de esos azahares que te definen el trabajo de campo, descubrí porque estuve sentada en un autobús al lado del señor que venía a hacer los rituales entonces y tampoco era un azahar porque circulábamos en la misma ruta yendo a la mina, entonces empezamos a conversar y a reconstruir y entonces de allí salió toda esta parte fundamental sobre el mundo de las representaciones de los mineros y también lo que me interesaba mostrar eran todas las transformaciones, cómo el mundo rural se había transformado por volverse un mundo digamos minero, no diría obrero porque es muy particular el caso se Huancavelica, pero si en un mundo minero al que poco a poco fui arrastrada también por una dinámica del trabajo de campo y de mina y eso también me parece importante de mostrar.

La otra cosa que me hace pensar retrospectivamente es que cuando hablaba con los mineros por ejemplo yo había pensado hacer un trabajo de antropología nada más y primero no había pensado en particular en las representaciones y las prácticas religiosas, digamos en las creencias, y por otro lado, habían dos temas que salían en todas las historias de vida que recogí y fue increíble porque jamás lo pensé desde el comienzo y porque se convirtieron en dos capítulos de mi tesis de doctorado y del segundo de mis libros, uno de ellos es el tema de la profundidad de la historia, es decir, que para esos mineros, y de eso me gustaría escribir algo, sobre memoria, no se si llamarlo así pero es como un bagaje un recuerdo muy profundo es que era imposible sostener una conversación sin que el tema de la historia minera no saliera sobre el papel porque en primer lugar comparaban sus condiciones de trabajo con las condiciones de los mitayo, y entonces era constante, es esta sensación de que históricamente como mano de obra ellos siempre han contribuido de manera fundamental a la economía del país, del virreinato primero y del país entonces, esa sensación de sentir como un orgullo de la profesión, el orgullo del oficio de minero, que es algo que si me parece importante de rescatar porque muchas veces se habla de todo este lado miserable digamos de la condición de minero y como ellos dicen ellos pueden tener problemas económicos, ser pobres, pero no miserables porque tiene justamente este orgullo de ser mineros.

F.:¿ Ellos te hablaban de su aporte a la economía del país?

C S-S: Si, entonces viven recordando también este gran tema que es la contribución histórica de la minería a la economía del país y también como mano de obra, pero también hay un recuerdo, una reivindicación de haber sido siempre la mano de obra explotada de los mitayos, es decir, primero al haber aportado, pero segundo el haber siempre sido explotados y además lo que ellos siempre dicen “es con nuestro sudor” que se han sacado todas estas riquezas. Es como el hecho de siempre haber sido explotados de alguna manera. Esa presencia histórica para mi era muy interesante porque bueno es cierto que en la zona la mina más cercana ha sido la de Huancavelica digamos históricamente la de más peso en esa zona, pero ellos no solamente recordaban mitayos de Huancavelica, sobre todo recordaban mitayos potosinos, entonces es muy curiosa esa profundidad histórica. Segundo, porque también yo me di cuenta que era imposible no hurgar en la historia porque ellos mismos me llevaban a ese tema y también a interesarme en qué cosas habían pasado y porque me di cuenta que históricamente habían zonas que eran proveedores de mano de obra y zonas que nunca habían sido afectadas por el servicio.

Después también porque me interesó descubrir esta relación entre el campo y la mina, ahora con todos estos conflictos mineros, es una relación bien compleja, la relación siempre ha sido muy tensa, la relación en el campo de la provincia de Angaraes, se puede decir de atracción-odio y que afectó toda la relación histórica entre la agricultura y la minería porque era imposible no hablar de eso porque quería explorar esa relación. Pero cuando entrevistaba a los mineros todo tenía su explicación en una enfermedad que fue causada por algo que tú hiciste, yo había leído a Carmen Bernand ella dice que los relatos de las enfermedades son como mitos personales en Ecuador, que te marca hitos, como una serie de etapas, tenía que ponerlo, tenía que tener cuidado de no tratarlo solamente como creencias religiosas. Un día una amiga que no es antropóloga, ni peruana, que trabaja con el mal de altura, como yo sabía que trabajaba con altura quise leer su trabajo, pero un día ella me prestó un libro y me dijo lee y allí encontré las enfermedades. Es por eso que a mi me parece importante que los antropólogos trabajen con médicos, biólogos. Yo tuve que tratar con médicos sobre el tema de una correspondencia de los síntomas que ellos me decían como enfermedades porque muchos de los síntomas que yo tenía en los testimonios que me habían hecho, me habían descrito cosas que realmente sentían y que corresponden a las enfermedades que son reconocidas por la medicina. Cuando ya estaba saliendo el trabajo de June Nash yo me aprestaba a escribir sobre los mitos. Pero también me interesó esta otra vertiente de la antropología que es la comparación, entonces yo me había interesado mucho en comparar con obreros mineros africanos sobre todo el cooper belt africano, entonces me interesaba mucho salir de la parte andina para entrar en un trabajo de comparación más amplio. Pero allí yo había empezado a leer sobre los europeos y me dije si he hecho esta reconstrucción con una profundidad histórica también yo debería interesarme en qué hacían los mineros en el siglo XVI, porque empecé a pensar en que mucho de lo que leía debía ser un producto histórico como resultado del encuentro de dos mundos, porque tampoco pienso que siempre haya sido siempre un mestizaje entre una creencia pre-hispánica y una creencia colonial, sino muchas veces un encuentro y una coincidencia. La otra cosa que me interesó fue la historia de cómo aparecen los metales. Ha sido un encuentro y a veces ha sido como una coincidencia entre una creencia prehispánica y otros coloniales porque por ejemplo estos capítulos donde yo analizo estos mitos sobre el origen de los metales, los analizo a la luz de todo un bagaje, en ese momento no podía desligar una parte de un análisis antropológico, cómo llegaron muchas de estas ideas aquí, a través de que no me interesaba tanto saber las raíces del pasado prehispánico, sino del colonial porque evidentemente está el cristianismo, pero no es lo único que me interesaba y encontré que los mineros de Huancavelica también lo manejaban, osea que hay muchos términos que provienen de la época de la colonia. Me parece interesante que los datos me hubieran empujado a esta profundidad y estos por ejemplo son los términos de la alquimia. Evidentemente ahora hago las dos cosas, es decir, sigo trabajando en la antropología y además ver dónde se usaba el término y ver cómo se usaba y cómo cambiaba por regiones, toda la América Hispana. Acababa de terminar esa investigación que nos tomó mucho tiempo porque tuvimos que ver muchos archivos sobre todo en Perú y Bolivia porque teníamos que ver el repertorio entre los términos y los ejemplos claros y de pronto con mineros artesanales por ejemplo vi uno de estos instrumentos. Me interesa de pronto hacer algo antropológico pero también con una perspectiva histórica, digamos de antropología histórica, no me interesa tanto saber qué cosa es un indígena y qué cosa es un español, sino cómo se fue construyendo este conocimiento, qué son también los conocimientos actuales…

Para continuar con la reflexión sobre la perspectiva antropológica e histórica del mundo minero los dejo con las versión de El Minero de Savia Andina de Bolivia




y la de Viko y su grupo Karicia en su versión de cumbia del Perú.